El año cierra con la noticia de que la Corte Suprema nominó como su Presidente a un conspicuo promotor de la impunidad en Chile, el abogado Rubén Ballesteros, integrante de muchos Consejos de Guerra del periodo más agresivo de la dictadura y reconocido defensor de la prescripción y amnistía para los violadores a los DD HH.
Con este paso se sinceran un poco las cosas toda vez que la Suprema hace rato que muestra su clara disposición a favorecer a los victimarios. En octubre había rebajado los 20 años que la Corte de Apelaciones de San Miguel había aplicado a Víctor Pinto Pérez, responsable de la detención, tortura y asesinato de 13 chilenos de San Bernardo en diciembre de 1973, a cinco años remitidos por la vía de aplicar la media prescripción de la pena. Demás está decir que la Sala Penal que cometió esta aberración jurídica y humanitaria estaba integrada, entre otros, por Rubén Ballesteros.
El último despropósito de esta Corte Suprema, supremamente injusta, ocurrió el 15 de diciembre cuando dejó en libertad vigilada al cabo segundo de carabineros, Walter Ramírez Inostroza, asesino confeso de Matías Catrileo al dispararle por la espalda el 3 de febrero de 2008 en el fundo Santa Margarita de la zona de Vilcún. Con este fallo la Suprema ratificó lo obrado por el juzgado militar de Valdivia dando un portazo a todos los esfuerzos desplegados por organizaciones de DD HH para eliminar la competencia de la justicia militar en las causas que involucren a civiles. Por cierto que la segunda sala penal de la Suprema estaba integrada también por... Rubén Ballesteros.
Los poderes en las sombras de la derecha pinochetista hacen lo suyo con estás operaciones. Pero lo que resulta impresentable es que ocurran ante el silencio de los campeones de los DD HH, cómodamente sentados en sus sillones parlamentarios o tras los escritorios no gubernamentales. Fuerte cuota de responsabilidad tenemos también las organizaciones sociales que históricamente hemos defendido los DD HH, por la incapacidad para enfrentar unidos esta ofensiva de los violadores, de sus herederos y de sus promotores. (alcahuetes, auspiciadores, sostenedores).
Una vez más invitamos a la AFDD, a la AFEP, y a todas las organizaciones que se sientan interpeladas, a reunirnos para definir un Programa Mínimo que se oponga a la impunidad y a constituir un Organismo de Defensa y Promoción de los DD HH autónomo y representativo del movimiento social.
Asociación de ex presos políticos y ex prisioneros de guerra de Valparaiso.
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